EL INVENTOR DE LA
CAFEINA
Hoy 8 de Febrero celebra
a Friedlieb Ferdinand Runge, un químico analítico alemán cuyo lugar en la
historia resultó en gran parte de un accidente seguido de un encuentro casual.
Runge nació cerca
de Hamburgo en esta misma fecha del año 1795. Era el hijo de un pastor
luterano, pero lejos de seguir la pasión de su padre, expresó interés en la
química desde temprana edad y comenzó a realizar experimentos cuando era un
adolescente.
Durante uno de estos
experimentos, Runge, accidentalmente, salpicó una gota de extracto de belladona
en su ojo, tomando nota de sus efectos dilatadores de la pupila. Diez años más
tarde, mientras estudiaba al renombrado químico e inventor Johann Wolfgang Döbereiner
en la Universidad de Jena, se le pidió a Runge que reprodujera los efectos de
la belladona como parte de una demostración para uno de los amigos de
Döbereiner: el escritor y polimatista Johann Wolfgang von Goethe.
Impresionado por el químico de 25 años, Goethe le entregó a Runge
una bolsa de raros granos de café y le sugirió que analizara su composición
química. Poco después, Runge aisló el ingrediente activo que hoy conocemos como
cafeína.
Después de obtener su
doctorado de la Universidad de Berlín, Runge continuó enseñando en la
Universidad de Breslau hasta 1831, cuando dejó la academia para ocupar un
puesto en una empresa química. Durante este tiempo, inventó el primer colorante de
alquitrán de hulla y un proceso relacionado
para teñir la ropa.
Sus contribuciones al mundo también incluyen: ser uno de los
primeros científicos en aislar la quinina (un medicamento utilizado para tratar la malaria), ser
considerado un originador de la cromatografía en papel (una técnica para separar sustancias químicas) e
incluso idear un método para extraer el azúcar del jugo de remolacha.
¡Gracias, querido Runge, sin ti el dolor de renunciar a la taza de café de la mañana nunca hubiera tenido una explicación científica!
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